Ir al contenido principal

Por qué he decidido apoyar la huelga de tasadores del 15 de diciembre

Llevo años dedicándome a la tasación hipotecaria y nunca había visto el sector en una situación tan desequilibrada como ahora. Por eso, cuando la AETH anunció la convocatoria de huelga para el 15 de diciembre, supe que era el momento de posicionarme con claridad. No es solo una protesta puntual: es la señal de que muchos profesionales hemos llegado a un límite que no se puede seguir ignorando.

Durante más de una década hemos trabajado con honorarios que no han dejado de caer, mientras la responsabilidad técnica, el tiempo de dedicación y los costes asociados solo aumentan. Cada tasación exige desplazamientos, verificación documental, análisis de mercado, elaboración de informes rigurosos y, sobre todo, asumir una responsabilidad que afecta directamente a la estabilidad del sistema hipotecario. Sin embargo, la remuneración no refleja ni el esfuerzo ni el riesgo. En algunos casos, ni siquiera cubre los gastos mínimos.

Además de las tarifas insuficientes, arrastramos problemas estructurales que complican aún más el ejercicio de esta profesión: intermediarios que encarecen el proceso sin aportar valor, fórmulas que empujan al falso autónomo, guerras de precios que desvirtúan la calidad del trabajo y una falta de reconocimiento generalizada sobre el papel real del tasador. Cuando AETH habla de todo esto en sus comunicados, muchos nos sentimos plenamente identificados.

El lema que se ha difundido estos días —“Sin tasación no hay hipoteca”— resume perfectamente la realidad. El mercado inmobiliario puede avanzar, frenarse o transformarse, pero ninguna operación hipotecaria puede funcionar sin una valoración independiente y bien fundamentada. Y, sin embargo, quienes hacemos posible ese engranaje hemos quedado relegados a un modelo cada vez más insostenible.

Por eso el 15 de diciembre será una jornada importante para los tasadores. No se trata solo de parar, sino de hacernos visibles y recordar que nuestra labor merece condiciones dignas y un marco regulado que proteja la calidad del servicio y la viabilidad de nuestra profesión. Ojalá esta movilización empuje al sector a repensarse y, sobre todo, a escucharnos.

Para quien quiera profundizar en la convocatoria y en los motivos que la sustentan, AETH ha publicado toda la información aquí:
👉 https://www.aeth.es/paro-tasadores-hipotecarios/


Comentarios

Entradas populares de este blog

Huelga de tasadores: el paro que llevaba años gestándose

La Asociación Española de Tasadores Hipotecarios (AETH) ha convocado un paro del sector de tasaciones en respuesta a una situación que considera insostenible: la devaluación continuada del trabajo técnico y profesional de los tasadores hipotecarios , muchos de ellos colaborando como autónomos para sociedades de tasación homologadas. ¿Qué representa AETH? AETH agrupa a profesionales con la titulación exigida por la normativa —arquitectos, arquitectos técnicos o ingenieros, según la naturaleza del inmueble— que realizan tasaciones oficiales en régimen de colaboración externa con sociedades de tasación homologadas.  Su misión es promover buenas prácticas profesionales, proteger la calidad técnica de las valoraciones y defender los intereses de los tasadores ante las entidades financieras, las sociedades de tasación y los organismos reguladores.  ¿Por qué se convoca la huelga? Entre los motivos que AETH esgrime para convocar la huelga destacan: Tarifas que, según la asoc...

15 de diciembre: razones para la huelga de tasadores

 Cuando leí el “Manifiesto del Tasador Autónomo” publicado por AETH , tuve la sensación de que, por fin, alguien había puesto por escrito todo aquello que tantos profesionales venimos soportando en silencio. Cada punto del documento resume una realidad que se ha normalizado en el sector: tarifas que no cubren los costes, encargos sin precio previo, comisiones que nadie explica, plazos imposibles, desplazamientos no pagados y un modelo de relación que, en demasiadas ocasiones, empuja al tasador a ser un falso autónomo . Durante años hemos aceptado condiciones que ninguna otra profesión técnica toleraría. Hemos trabajado fines de semana, asumido urgencias constantes, absorbido gastos que no nos corresponden y renunciado a rechazar encargos por miedo a represalias. Todo ello mientras se nos pedía más flexibilidad, más rapidez y más carga de trabajo, pero sin una actualización real de los honorarios. Y lo más sorprendente es que este deterioro ha ocurrido a pesar de que el sector dep...